Visón americano. Foto: Wikimedia Commons
¿En qué se parece una persona (sin abrigo de pieles) a un visón americano? Sorprendentemente, en que ambos podemos contagiarnos de covid-19.
Una trágica afinidad que ha condenado de muerte a más de un millón de ejemplares para evitar así la expansión de la pandemia.
En realidad, la de esos pobres bichos no era vida. Los tenían y tienen dentro de jaulas diminutas, sin ver la luz del sol, hacinados y malnutridos con la única finalidad de arrancarles algún día la piel para abastecer un mercado internacional de lujo hortera.
Aunque otros animales han manifestado cierta propensión a sufrir esta nueva enfermedad, como perros y gatos, solo los visones americanos criados en granjas lo padecen con una intensidad semejante a la nuestra.
Se ha demostrado que los seres humanos podemos contagiar el coronavirus a estos mustélidos, ellos extenderlo a toda la granja y, de la misma manera, contagiarnos de vuelta también a nosotros. El riesgo es muy alto. Por esta razón, en Países Bajos ya han tenido que sacrificar cerca de un millón de ejemplares.
Intoxicación masiva en España
En España también se ha detectado contagio masivo por covid-19 en una granja de visiones en Puebla de Valverde (Teruel). Casi el 90% de los animales estaban infectados. Enfermos y sanos, cerca de 100.000 animales, han tenido que ser sacrificados; gaseados con monóxido de carbono.
Pero no es la única granja española de estas características. Según WWF, en nuestro país hay 37 explotaciones más que pueden actuar como reservorio del virus, aumentando el riesgo futuro de transmisión.
Desastre ambiental
El visón americano no es solo una amenaza para nuestra salud. Desde que se escapó o fue deliberadamente soltado de las granjas europeas ha provocado una auténtica hecatombe ambiental. Depredador implacable, esta nueva especie invasora está diezmando las poblaciones naturales de muchas especies amenazadas como aves, anfibios, reptiles y pequeños mamíferos. Incluso está llevando a la extinción al visón europeo, el que de manera natural cría aquí y es incapaz de soportar la agresiva voracidad de su primo americano.
Ecologistas y conservacionistas, con WWF a la cabeza, han alertado reiteradamente de esta bomba para la salud y para la biodiversidad desde que se produjo el primer contagio de coronavirus en una granja de visones americanos en Holanda. Por ello promueven la campaña ‘Cierre de las granjas de visón YA’, exigiendo el fin inmediato y definitivo de todas las granjas existentes en España.
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